El reciente secuestro de cinco trabajadores de Cenit, filial de Ecopetrol, en el corregimiento de Aguaviva, municipio de Fortul, Arauca, ha generado una fuerte condena por parte de la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo (USO). Este hecho, ocurrido en un contexto de violencia y atentados contra la infraestructura petrolera, pone de manifiesto la urgente necesidad de proteger a los trabajadores y a la población civil en las zonas afectadas por el conflicto armado.
Contexto del Conflicto
El miércoles 19 de marzo de 2025, el Frente de Guerra Oriental del ELN perpetró un atentado contra el oleoducto en la zona rural de Saravena, Arauca. Este ataque no solo causó un grave daño ambiental debido al derrame de crudo, sino que también afectó la economía campesina de la región. Desde agosto del año anterior, se han registrado 19 atentados similares, lo que evidencia una escalada de violencia en la zona.
El viernes 28 de marzo, cinco trabajadores que se dirigían a reparar el oleoducto Caño Limón Coveñas, dañado por el atentado, fueron secuestrados. Aunque posteriormente fueron liberados, este hecho representa una grave vulneración de los derechos humanos y laborales.
Posición de la USO
La USO ha condenado enérgicamente estos actos de violencia, destacando que no existe justificación alguna para atentar contra la vida y la libertad de los trabajadores. La organización sindical celebra la liberación de los trabajadores y se solidariza con ellos y sus familias, pero advierte sobre el grave precedente que sienta este tipo de acciones.
En su comunicado, la USO exige al ELN y a otros grupos armados que excluyan a los trabajadores y a la población civil del conflicto armado. Asimismo, hace un llamado al Gobierno Nacional para que tome medidas efectivas que garanticen la seguridad de los trabajadores y elimine el flagelo del secuestro.
Un Llamado a la Paz
La USO reitera su compromiso con la paz y convoca a la población a rechazar las acciones de quienes buscan perpetuar la guerra. En línea con las conclusiones de la 3ª Asamblea Nacional por la Paz, la organización insta a las comunidades a asumir un rol activo y dirigente en los procesos de paz, promoviendo el diálogo y la reconciliación.
Conclusión
El secuestro de los trabajadores en Arauca es un recordatorio de los desafíos que enfrenta Colombia en su camino hacia la paz. La USO, como representante de los trabajadores del sector petrolero, se mantiene firme en su lucha por la defensa de los derechos humanos y laborales, y en su llamado a construir un país libre de violencia.